Protestan por una nueva y controvertida ley laboral, aprobada por la Cámara de los Comunes el 31 de enero, que prohíbe que algunos trabajadores de emergencia y empleados ferroviarios participen en huelgas.
La última de una serie de huelgas que sacudieron el Reino Unido en los últimos meses, incluidas acciones a gran escala de enfermeras, maestros y trabajadores postales en respuesta al estancamiento de los salarios.
Los críticos dicen que la nueva ley permite que el gobierno ejerza un poder excesivo sobre los empleados, mientras que sus defensores argumentan que es esencial para la seguridad pública. Si bien el proyecto de ley aún debe aprobarse en la Cámara de los Lores, el papel de la cámara es en gran medida ceremonial.
Junto con la huelga, el Congreso de Sindicatos (TUC), la asociación de trabajadores organizados de Inglaterra, ha planeado manifestaciones masivas en las principales ciudades del país contra la nueva política, así como contra la negativa del gobierno a negociar nuevos aumentos salariales para los empleados públicos.