
Se desconoce el destino de 100 niños que habían sido detenidos en una prisión siria más de dos meses después de que extremistas atacaran la instalación, dijeron el viernes expertos de Naciones Unidas.
Grupos de derechos internacionales, incluidos Save the Children y Human Rights Watch, dijeron anteriormente que 700 niños habían estado en la cárcel dirigida por kurdos en la provincia nororiental de Hasaka antes de que fuera atacada por ISIS.
“Estamos extremadamente preocupados porque desde el ataque de enero de 2022, el destino y el paradero de al menos 100 de esos niños siguen sin conocerse, lo que genera serias preocupaciones”, dijeron los expertos en derechos humanos de la ONU en un comunicado.
“Algunos de estos casos podrían equivaler a desaparición forzada”, agregaron.
Entre los detenidos, de entre 12 y 18 años, había muchos que tenían familiares adultos dentro de la prisión de Ghwayran y fueron trasladados desde campos de desplazados cercanos que albergan a miles de hijos de combatientes extremistas.
Los expertos independientes pidieron a las autoridades de facto que permitieran que todos los actores humanitarios tuvieran acceso pleno y sin trabas a los niños que seguían detenidos en Ghwayran.
“Se debe identificar el daño a estos niños y los responsables deben rendir cuentas para evitar la impunidad”, dijeron los expertos de la ONU.
El intento de fuga de la prisión de ISIS en Ghwayran desencadenó una semana de enfrentamientos dentro y alrededor de las instalaciones dirigidas por los kurdos, dejando cientos de muertos, antes de que las fuerzas dirigidas por los kurdos recuperaran la prisión.
“Muchos de los niños detenidos en las cárceles resultaron gravemente heridos durante la fuga y sus heridas no están recibiendo tratamiento médico crítico”, dijeron los expertos de la ONU.
Las autoridades kurdas sostienen que nadie escapó, pero el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un monitor de guerra con sede en Gran Bretaña, dijo que varios extremistas habían huido.