
En Siria Manbij, los enfrentamientos entre la población local y los paramilitares kurdos respaldados por Estados Unidos continúan durante varios días.
Al menos ocho personas murieron y decenas resultaron heridas el martes cuando fuerzas lideradas por los kurdos respaldadas por Estados Unidos dispararon con munición real para dispersar las protestas tribales árabes contra su gobierno en la ciudad siria de Manbij, según fuentes de seguridad,médicas y residentes.
Las protestas tomaron un giro violento cuando cientos de manifestantes marcharon cerca de los puestos de control alrededor de la ciudad un día después de que un civil muriera en las protestas que barrieron el área exigiendo el fin del gobierno de la minoría kurda sobre una población tribal principalmente árabe.
Los disturbios fueron los más sangrientos en la ciudad principalmente árabe desde que fue capturada hace cinco años por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una fuerza de milicia respaldada por Estados Unidos encabezada por el YPG kurdo.
El resentimiento contra el gobierno de las SDF ha crecido en el norte y este de Siria entre la población predominantemente árabe, dijeron residentes y ancianos tribales. Muchos objetan el reclutamiento obligatorio de hombres jóvenes y la discriminación en los niveles superiores de liderazgo.
El destino de miles de personas encarceladas en sus cárceles también ha sido una manzana de la discordia, según residentes y figuras tribales.
Los funcionarios de las SDF impusieron un toque de queda en la ciudad y reforzaron los puestos de control alrededor de sus rutas principales después de que muchas tiendas atendieran un llamado a una huelga general.
También hubo intentos de mediar con los líderes tribales locales para calmar los disturbios de que las SDF culparon al antiguo enemigo de las YPG, Turquía, y los agentes del gobierno sirio estaban detrás para desestabilizar su gobierno.
Las SDF lideradas por los kurdos niegan que su administración local discrimine a los árabes y dicen que sus políticas buscan reparar años de injusticia por parte de los gobernantes nacionalistas árabes del Baath de Siria, quienes dicen que durante décadas les han negado los mismos derechos de ciudadanía que los sirios.
A unos 30 km (20 millas) de la frontera turca, Manbij ocupa un lugar crítico en el mapa del conflicto sirio, cerca de la unión de tres bloques de territorio separados que forman esferas de influencia siria, turca y estadounidense.
La captura de Manbij por parte de las fuerzas, principalmente kurdas, con la ayuda crucial de la coalición estadounidense, ha enfurecido a la vecina Turquía, que ve la influencia ejercida por las YPG en el norte de Siria como una amenaza a la seguridad nacional.
Ankara ha criticado a Washington por no adherirse a la hoja de ruta respaldada entre ellos en junio de 2018 para la retirada de los militantes kurdos de Manbij y asegurar conjuntamente la ciudad.