Viene destapándose desde 2017 una trama de corrupción política, de lavado de dinero y de narcoparamilitares que afectan a los países de Venezuela, Estados Unidos, Colombia, España y Panamá, principalmente, aunque hay más, como Portugal o Reino Unido. De cómo los activos venezolanos de Citgo y Monómeros, entre otras compañías, han sido robados y lavados por el clan GUAIDÓ-BETANCOURT, un monto total de 116.000 millones de dólares y entre cuyas caras visibles podemos encontrar al abogado de Donald Trump y ex-alcalde de Nueva York, Rudy Giulani, al terrorista fugado de la justicia Leopoldo López hijo, —su padre es europarlamentario por el PP de España—, al hombre espectáculo Juan Guaidó, al multimillonario Alejandro Betancurt y a la directora del bufete de abogados Tamara Adrián. 38 minutos imprescindibles para entender hasta qué punto la ultraderecha internacional se mea en la cara de personas que se creen ciudadanos y por desgracia no llegan ni a súbditos, se quedan en lacayos.
El vicepresidente sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura, Jorge Rodríguez, denunció este sábado que el robo de activos nacionales vinculados a Juan Guaidó asciende a 116 mil millones de dólares.
La información la ofreció a medios de comunicación desde la sala de prensa Simón Bolívar del Palacio de Miraflores, Caracas, donde dio a conocer detalles de la trama de corrupción más grande que haya conocido la historia de Venezuela y que involucra a la extrema derecha nacional.
Rodríguez destacó que “estamos demandando a la administración de Trump por la contabilización del robode nuestros activos y depósitos en banco extranjeros de empresas que se encuentran en nuestras fronteras cifra que asciende a 116 mil millones de dólares lo que se considera como una acción brutal de los gobiernos satélites y sus lacayos hacia Venezuela”.
Expresó además que con la cantidad de dinero desfalcado, el Gobierno de Venezuela podría seguir impulsando la entrega de alimentos a las familias venezolanas a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), durante 152 años consecutivos “ese total representa las importaciones que necesita Venezuela en medicina, semillas para la agricultura, tecnología y varios insumos por seis años continuos”.