Israel podría lanzar una ofensiva militar contra los sitios nucleares de Irán dentro de un plazo de dos a tres años, dijo el miércoles el ministro de Defensa, Benny Gantz, a una clase de cadetes de la Fuerza Aérea israelí que se graduaron, alardeando de que el país había “aumentado significativamente su preparación en los últimos años y está preparándose para la posibilidad de un ataque contra Irán”.
El primer ministro saliente, Yair Lapid, aclaró que tal ataque sería una respuesta a “amenazas que consideramos existenciales”, asegurando a los pilotos recién nombrados la superioridad militar de Israel y advirtiendo a los “enemigos” del país que “ningún gobierno israelí aceptará que Irán se convierta nuclear. Si es necesario actuar, actuaremos”.
Lapid fue reemplazado por Benjamin Netanyahu cuando el gobierno recién elegido de este último prestó juramento el jueves. Netanyahu, el primer ministro con más años de servicio en Israel hasta que fue derrocado el año pasado, es un halcón comprometido con Irán que ha estado prediciendo que la República Islámica tendría una bomba nuclear dentro de tres años desde 1992.
Sin embargo, el pronóstico de la propia inteligencia militar de Israel no incluye que Teherán obtenga la bomba en el corto plazo. En cambio, el país “continuará en su camino actual de progreso lento” en el ámbito nuclear, predijo un informe visto por Israel Hayom el domingo, y agregó que “Irán solo cambiará sus políticas si se le imponen sanciones extremas; entonces podría decidir acelerar el enriquecimiento a grado militar”.
Mientras que Irán reveló el mes pasado que estaba produciendo uranio enriquecido con una pureza del 60% en dos de sus plantas nucleares, el grado de armas requiere una pureza del 90%. Teherán ha insistido durante mucho tiempo en que su programa nuclear es de naturaleza completamente pacífica, aunque el jefe de su Organización de Energía Atómica afirmó en agosto que tenían la capacidad técnica para construir una bomba si quisieran.
Si bien algunos de los socios en el ahora desaparecido acuerdo nuclear de 2015 que limitaba el enriquecimiento de uranio de Irán al 4% han hecho esfuerzos para reanimar el acuerdo, Teherán ha acusado a los EE. UU. de obstruir las negociaciones, incluso cuando Israel ha instado a Washington a deshacerse del acuerdo por completo. Israel ha prometido mantener su postura hostil a pesar de todo, insistiendo en que Teherán está decidido a “construir un arma nuclear que ponga en peligro la existencia de Israel” y cualquier acuerdo potencial simplemente los ayudaría a lograrlo.